No es tarea sencilla. Discernir entre el gilipollas y el despistao no está al alcance de todos. Confundir a la buena persona con el gilipollas puede ser síntoma de que el sabio puede ser un gilipollas. Porque hay muchos tipos de gilipollez. Tantos tipos de gilipollez como de gilipollas. Existe el gilipollas que te dice un amigo cuando cuentas un chiste malo o el que te dices a ti mismo cuando encuentras las llaves perdidas durante horas en el bolsillo que ya habías mirado cuarenta veces. No hablo de ese gilipollas. Centrémonos en el auténtico gilipollas. El gilipollas desagradable. El GILIPOLLAS con mayúsculas. El que se piensa más que se dice. El que llena la boca. El que suele ser sinónimo de mala persona y multitud de otros improperios, aunque, como todos sabemos la palabra gilipollas es la que mejor lo define. Responde estas 10 preguntas para conocer tu habilidad para reconocer la gilipollez genuina.
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