
Esa cara de no nunca saber si ha escuchado o comprendido lo que le has dicho puede conmigo. Ya no son los tortazos. Es la pretensión de creerse molono cuando todo lo que vemos es un gañán con coleta vestido de seda oriental.
Esa cara de no nunca saber si ha escuchado o comprendido lo que le has dicho puede conmigo. Ya no son los tortazos. Es la pretensión de creerse molono cuando todo lo que vemos es un gañán con coleta vestido de seda oriental.